Tras la autoproclamación de Juan Guaidó como “presidente encargado” de Venezuela, la Unión Europea ha tenido que aclarar su postura frente a la situación venezolana.
Tras haber consultado con los 28 Estados Miembros, la Alta Representante para la Política Exterior de la Unión Europea, Federica Mogherini, no ha hecho una declaración o pronunciamiento claro o directo sobre dicha autoproclamación, pero sí que ha transmitido que la Unión Europea da apoyo y legitimidad total a la Asamblea Nacional. Además, resulta evidente que, a pesar de que no todos los Estados Miembros se pongan de parte de Guaidó, existe un mayor número de críticas y advertencias contra el régimen actual de Nicolás Maduro, de ahí que la Unión Europea apoye plenamente que la Asamblea Nacional considerándola institución elegida democráticamente y, por ello, sus poderes deben ser respetados. Esto se demuestra en declaraciones que han hecho importantes personalidades, como por ejemplo el presidente del Parlamento Europeo, Antonio Tajani, “contrariamente a Maduro, Guaidó sí tiene legitimidad democrática. Se debe respetar las manifestaciones y la libertad de expresión de un pueblo que está harto de pasar hambre y sufrir los abusos de Maduro", o el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, “ a diferencia de Maduro, la Asamblea parlamentaria, incluyendo a Juan Guaidó, tienen un mandato democrático de los ciudadanos venezolanos".
La Alta Representante concluyó diciendo que la Unión Europea y sus Estados Miembros estaban dispuestos a apoyar el restablecimiento de la democracia y el Estado de derecho venezolano mediante procesos político pacíficos que, además de ser creíbles, respeten la Constitución del país.
Entre los Estados Miembros, cabe decir que el peso de España en las cuestiones latinoamericanas es muy fuerte, y no puede haber una posición irreversible (como apoyar a Guaidó) sin unanimidad. Durante el Gobierno de Rajoy España ha declarado una posición en sintonía con la del Parlamento Europeo, condenando el régimen de Maduro, de ahí que se aprobase la posibilidad de establecer sanciones económicas contra líderes bolivarianos y un embargo de armas o de cualquier instrumento que pueda ser empleado para la represión. De todas maneras y como se ha mencionado anteriormente, la finalidad es que la situación se resuelva sin violencia, mediante elecciones legales que no puedan ser criticadas ni jurídica ni políticamente.
Por el momento en lo único que ha habido consenso en que no es recomendable un exceso de presión ya que podría repercutir negativamente sobre el pueblo venezolano, por lo que la Unión Europea se decide a esperar la reacción de Maduro y de las calles mientras mantiene su posición como hasta ahora.
Fuente: El Mundo
https://www.elmundo.es/internacional/2019/01/24/5c48f429fdddff14148b4648.html
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